Desde muy pequeño he participado en diferentes modalidades deportivas: fútbol sala, baloncesto, atletismo, badminton… incluso aquellas a las que no participaba activamente, pero que se desarrollaban en el colegio, me terminaba colando y observando.

Siempre me gustaron más las enseñanzas en movimiento que el papel y el boli, quizá alimentado por mi dislexia, lo que se convirtió por un tiempo en una barrera e hizo que madurara y tuviera que luchar con tesón por alcanzar mis sueños, o por mi culo inquieto.

Desde los 5 años la pasión por la montaña y el senderismo llegó también a mí gracias a los Scouts, algo que, a día de hoy, siempre que puedo practico ya que me sirve como vía de escape y para recargar las baterías de aire puro y energía positiva

A los 12 años abandoné el deporte durante dos años por problemas de bulling en el colegio, pero dos años más tarde reanudé mi práctica deportiva en la modalidad de hockey.

Un año repleto de cabezonería y tesón por conseguir poder participar de forma activa en dicho deporte ya que partía de 0 y tenía que, primero, aprender a patinar y después interiorizar las reglas del juego.

Mi esfuerzo constante me llevó a jugar mi primer campeonato de España cedido al equipo vasco, y años más tarde a jugar en ligas privadas, llegando a disputar partidos en segunda división fichado por un equipo de Albacete.

A los 18 años, en un campamento de verano me rasgué el ligamento cruzado, pero tras una rehabilitación y de nuevo cabezonería, vuelvo al terreno de juego pero, durante un partido de Hockey en Barcelona terminar por rompérseme el cruzado en un 70% de su totalidad.

Mi exceso de peso y mi desconocimiento en la materia, hacen que decida perder peso de una manera alocada (dejando de comer), bajando de 95 a 70kg en apenas 7 meses.

Esto hace que pierda gran parte de masa muscular (no solo grasa) y dificulta mi recuperación.

Buscando una solución más racional y tras mi pasión por los deportes, decido realizar el módulo de grado superior de deporte y compaginarlo a la vez con un curso de quiromasaje para, de este modo, aprender a reducir mi tensión muscular y aumentar mis conocimientos en anatomía humana.

Al finalizar el módulo, y siguiendo con el cruzado prácticamente roto en su totalidad, decido pasar por quirófano para arreglar la avería.

Tras 5 meses y medio de recuperación, donde solo los 2 primeros fueron con ayuda de fisioterapia, empecé a ver el gran abandono que hay del paciente una vez terminada la rehabilitación, y puesto que quería volver al terreno de juego, o al menos poder seguir haciendo deporte, aunque no fuera para competir, empecé a investigar de forma autodidacta y leer estudios sobre recuperaciones y salud. Esto me hizo abrir los ojos y darme cuenta de a lo que realmente quería dedicarme.

Por ello, dos meses antes de finalizar mi recuperación, opté por apuntarme a un curso de entrenamiento personal y nutrición deportiva.

Ese fué el primero de muchos otros que me han llevado hasta donde hoy estoy.

Cursos por toda España que me han formado a nivel técnico y humano, y que me han aportado las herramientas para poder desenvolverme en mi campo.

Pero como siempre he dicho: «cuanto más sabes, más quieres saber», por lo que nunca dejo de estudiar y aprender ya no solo por mí, si no impulsado por la motivación de darle la mayor calidad posible a mis clientes.

Mi principal reto es: acabar con los mitos que existen sobre el sector del fitness y la nutrición, informar sobre la repercusión positiva o negativa de las modas pasajeras o dietas milagro y mostrar la verdad de la salud y el fitness tal y como yo la entiendo.